Cogió un barco y demostró que había un paso en el norte que unió los los océanos Atlántico y Pacífico, aprendió supervivencia con los indios, se subió a otro barco y fue el primero en llegar al Polo Sur, más tarde usó un dirigible para llegar al Polo Norte y fue la primera persona en estar en los dos extremos del planeta. Roald Amundsen llevaba la aventura en la sangre, quería conocer el mundo y lo hizo escribiendo su nombre en los libros de historia de los grandes exploradores del planeta.
Al visitar el museo Fram en Oslo podemos conocer la historia del aventurero más grande que dio Noruega y podemos ver cómo a lo largo de su vida sintió el llamado a la exploración. Su pasión por el mar llegó por parte de su padre, dueño de embarcaciones y capitán de marina y aunque su madre quería que estudie Amundsen abandonó la universidad para ir a cazar focas y aprender el oficio de surcar los mares.
En 1897 supo de la primera expedición a la Antártida. Entusiasmado con esta hazaña consiguió el puesto de timonel a cargo del buque Bélgica El viaje fue tan duro en medio del invierno antártico que el buque quedó atrapado en el hielo y la tripulación comió carne cruda de los animales marinos mientras que Amundsen, quien tenía experiencia en la caza de focas ayudó y aprovechó las pieles para hacer abrigos.
El viaje no consiguió su objetivo, pero sirvió de experiencia. Más tarde vendría la travesía para recorrer el Paso Noroeste y unir los océanos Atlántico Pacífico llegando hasta el norte de Canadá donde vivió dos crudos inviernos e hizo importantes investigaciones sobre el magnetismo terrestre.
Allí aprendió de los nativos Netsilik sobre las vestimentas, la supervivencia y el uso de trineos tirados por perros Después de atravesar el Paso Noroeste no se conformó y emprendió la conquista del Polo Norte a bordo del Fram, pero cuando se enteró que otro gran explorador, Robert Peary se lanzó a la conquista del norte desistió y puso rumbo al sur.
El barco Fram, el barco de madera más grande construido en ese momento, fuerte y con capacidad para recorrer los siete mares pertenecía a su viejo patrocinador de viajes Fridtjof Nansen quien se lo cedió para ir al norte, no al sur. Por ello el plan de Amundsen de viajar al Polo Sur se mantuvo en secreto. Pero Amundsen no era el único que iba por la conquista de la Antártida y lo sabía.
En medio de su viaje mandó un telegrama de su intención de llegar al sur y que competiría por esta hazaña con Robert Falcon Scott. Después de haber soportado hasta -51°C y de intentar llegar al sur del mundo por diferentes caminos, emprendió el viaje con 6 compañeros y 52 perros, muchos de los cuales murieron en la travesía.
El esfuerzo permitió a Amundsen llegar al Polo Sur 35 días antes que su contrincante y volver con el Fram a Noruega. Pero como todo aventurero no se quedó tranquilo Amundsen volvió al Polo Norte aunque esta vez no necesitó barco, sino que se metió en un dirigible y poco tiempo después llego al Polo Norte convirtiéndose así en el primer hombre (junto a su compañero Oscar Wisting) en alcanzar los dos polos. Un año después otro dirigible se perdía en el Polo Norte y Amundsen cogió un avión para ir en su rescate y esa partida fue la última, de ese viaje no volvió y su cuerpo desapareció en una aventura, la última, que tenía como misión ayudar a otros exploradores como él.
El museo Fram
El barco Fram, el mismo con el que realizó la primera exploración del Polo Norte y con el que se llegó por primera vez al Polo Sur se encuentra en Oslo, en el museo que lleva el mismo nombre de Fram, por obvias razones.
Visitar el museo Fram nos permitirá no solo conocer la historia del gran explorador noruego y uno de los más importantes del mundo, sino que nos otorgará la posibilidad de sumergirnos en sus aventuras, en caminar entre sus pertenencias y en soñar con estar dentro de ese barco (al cual se puede entrar) formando parte de un grupo de aventureros que emprendían hazañas grandes y novedosas, únicas y desafiantes.
Para llegar al museo Fram tendremos que coger un ferry que opera de marzo a octubre y sale todos los días cada 20 a 30 minutos del dique 3, muy fácil de ubicar ya que se encuentra frente al ayuntamiento de la ciudad y está muy bien indicado.
El barco hace dos paradas y para visitar el museo Fram hay que bajarse en la segunda parada. El precio del barco para ir de la ciudad de Oslo a la península Bygdoy cuesta unos 4,5 euros aproximadamente, pero es gratis si se usa la tarjeta Oslo Pass.
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